domingo, 20 de diciembre de 2009

Vivir sin esfuerzo (Nisarga Yoga)



Yoga Natural

Una vida vivida meditativamente, en presenciación plena, es por sí mísma el Nisarga Yoga. Que usted viva no es lo que importa, lo que importa es cómo vive usted. La idea de la iluminación es de suma importancia. El solo hecho de saber que hay tal posibilidad cambia por completo la visión de uno. Actúa como una cerilla encendida en un montón de serrin. El sol de la verdad permanece oculto detrás de la nube de la identificación de sí mismo con el cuerpo. (Nisargadatta)

Cuando a uno le toca el corazón esta verdad expuesta por los maestros, se suele pensar ¡que fácil!, ¡ya está!, ¡no hay nada que alcanzar!, ¡yo ya soy lo que soy!, ¡no dejaré nunca más que "esa nube de identificación" me robe mi dicha natural!, pero al siguiente momento me veo encarando el problema más acuciante dentro de este "camino espiritual" , que es esa división que parece existir entre lo "que he comprendido" y su puesta en práctica en el vivir diario.

Los grandes sabios nos remiten constantemente a nuestra esencia, nos dicen una y otra vez que no somos lo que creemos ser, que nuestra naturaleza real está más allá del mundo de los opuestos, que descubramos y nos estabilicemos en esa luz que hace posible todo, la de SER, AMAR y CONOCER (SatChitAnanda) que se manifiesta produciendo orden y armonía en todos los aspectos del vivir y que calma las energías dispersas entre tanto pensamiento o emoción.

Eso que percibo con facilidad desde la quietud o el silencio, desde lo que puedo llamar meditación o contemplación, me permite también ver aparecer superpuestos esos vehículos que la conciencia necesita para expresarse en el mundo: el cuerpo con todos sus sentidos y la mente con los pensamientos y las emociones y su constante movimiento entre el placer y el temor.


Permanecer en la posición de testigo, en "esa dimensión de Ser", que es la presenciación, trae consigo un gran poder y despierta energías profundas que no permiten que eche raíces esa persona creada a base de memoria y formada por la vieja "historia de mi vida", pues la vida sólo sabe de totalidad, de amor todo abarcante y afectuoso desapego, y no de las divisiones y luchas que crea el personaje.

Está comprensión que funciona en la tranquilidad, cuando los sentidos se han interiorizado, se me escapa en cuanto en la vida diaría cualquier acontecimiento imprevisto y la propia relación con el mundo de los opuestos, hacen que "el personaje", la idea de ser algo individual, y por lo tanto, la inconsciencia, vuelvan a aparecer, y la mente retoma otra vez las riendas juzgando, dividiendo y separando.

Y la unidad se convierte en división entre lo mío y lo tuyo, el amor se oscurece entre los fantasmas de la mente, y el afectuoso desapego en deseos con toda la lucha que supone el querer satisfacerlos.
No es el experimentar lo que exclaviza, sinó la identificación con ese experimentar que me lleva a creerme la autora y hacedora de mi vida.
Cuando soy consciente de esa esclavitud que supone vivirme como un ser individual y pretendo abrirme a otra forma de vida en donde el universo esté incluido, se me plantea el siguiente paso:

¿Como puedo actualizar eso en mi vivir diario?
¿Como puedo vivir la vida sin dividirla entre lo que me gusta y lo que no?
¿Como puedo fluir con "lo que es"?

El fruto debe madurar. Hasta entonces debe de continuar la disciplina, la vida en la presenciación. Gradualmente la práctica deviene cada vez más sutíl, hasta que deviene enteramente sin forma. (Nisargadatta)

La Presenciación; la atestiguación, esa es una efectiva herramienta, una herramienta bien simple, pero que exige entrega y voluntad, vivir como lo que realmente somos, vivir en el SER.
Con esa comprensión de :
Porque yo Soy, todo lo demás aparece, y lo que aparece, aparece porque yo Soy.

Y con humildad, pues mientras haya identificación con la forma, se que seguiré expuesta a sus limitaciones e inconsciencia, pero con la derterminación de establecerme en esa nueva forma de vivir como conciencia-presencia, soltando resistencias a lo que llega inesperado, abierta a "lo que es" en cada momento y permitiendo que las respuestas fluyan desde el lugar adecuado, no desde el ego.

Y en el silencio de una mente que no permite ya al parloteo, ni se recrea en la imaginación, ni se enreda en la memoria, porque ya actúa esa comprensión de que la vida es diversidad, es cambio y es impermanecia y por lo tanto se contenta con todo lo que llega por un igual.

Y de esta manera, lo que había descubierto en la quietud y cuando todo estaba sosegado, empieza también a funcionar en el mundo de la relación y cuando hay que afrontar los retos o los conflictos de la vida.
Porque es esta pasión por la verdad la que pone en marcha esta amorosa atención a reconocer los viejos hábitos para que sean disueltos a la luz de la conciencia, y vigila que las acciones o palabras
que fluyen a través de mi forma lleven la lucidez que corresponde.


Y el resto, simplemente, dejaré que ocurra....

No hay nada de malo en la dualidad mientras no crea conflicto. La multiplicidad y la variedad sin pugna es dichosa. En la consciencia pura hay luz. Para el calor se necesita el contacto. Por encima de la unidad del ser está la unión del amor. El amor es el significado y el propósito de la dualidad (Nisargadatta)