viernes, 23 de diciembre de 2011

El corazón de las ideas



¡Pero si ya nos lo decían nuestras abuelas!...."No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy". Pero no.. Seguimos dejando en manos de un futuro imaginario las cosas que nos cuesta afrontar ahora . Y nos auto-engañamos pensando..." que sí" .... "que mañana sí" ...." que el año que viene"..." que ya nos estamos preparando para ello"...."que lo estamos meditando"...., sin ver que el reto se nos está presentando ahora. Que la realidad está teniendo lugar en este instante, y que una acción retrasada es una acción perdida. 

Por eso la indagación cotidiana nos invita a descubrir que es eso que ofrece resitencia, ya que una mente desnuda de proyecciones es una mente ágil, una mente que colabora, que es de utilidad en cada momento a lo que demanda ese momento, y que refleja a través de la idea adecuada el orden de una inteligencia global.

Pero la mayoría de nuestras relacciones, tanto con nuestros semejantes como con otros aspectos de la vida, están basadas en ideas estáticas, en conceptos preestablecidos, en condiccionamientos que hacen de nosotros seres robotizados y miedosos, que nos roban la frescura y la inocencia de lo nuevo, y no nos permiten adecuarnos, ser permeables y fluir con la vida.

Ver la causa de tal miseria, ya es el principio de la liberación. Por eso si aspiramos a un ideal y trabajamos con todas nuestras fuerzas por ello, debemos comprender las muchas otras posibilidades que el propio dinamismo de la vida y su constante fluir, nos van a ir presentando. Y así, el miedo ya no tiene razón de ser, porque nos hemos alineado con la vida y hemos dado la bienvenida a su amplitud y generosidad sin límites.

Las ideas son energía. Energía al servicio de la Inteligencia. Y una energía muy útil cuando llevamos a cabo nuestras actividades concretas en la vida diaría.
Ella nos induce a actuar de acuerdo a su carga energética....sexual....sensual...espiritual...De ahí la atención que les debemos prestar, porque a través de ellas nacen y se ponen en marcha gran parte de nuestras motivaciones diarias.

En la medida que vamos siendo más conscientes. Cuanto más cerca estamos del nacimiento de cada una de ellas, más llenas de claridad y caridad surgen, y más trasparentan el Orden Natural del que son un vehículo. Un orden que está en el origen del mundo de la experiencia y en donde el universo funciona como un conjunto.
Y entonces, ya no es la cabeza, sinó el corazón el que ejerce de centro unificador e integrador, y abre camino, pasito a pasito, a otra realidad distinta, y descubre una vida que no puede ser retrasada ni imaginada, sinó que está sucediendo ahora, porque la llevamos puesta en este mismo momento.


viernes, 25 de noviembre de 2011

¿Y yo que quiero?



¿Y yo que quiero?


Mirando honestamente hacia nuestras necesidades en la vida, encontramos que el mundo emocional que nace y se alimenta de nuestros condicionamientos familiares, sociales o culturales, absorbe parte de nuestra atención, y crea nubes difíciles de traspasar hasta que no le dejamos que se exprese libremente, fuera de los escondites o justificaciones que le gustan a la mente.

La división falsa que aparece, es la que nos hace salir en busca de “quereres”:
Y queremos la Verdad , queremos a nuestra familia, amigos, pareja, hijos,.... queremos una vida mejor, seguridad, comodidad, salud,.... queremos que nos quieran, que nos valoren......queremos cambiar el mundo, queremos lo que tenemos.... y queremos llegar a tener lo que no tenemos. Y entretenidos entre tantos “quereres”, olvidamos que la Bienaventuranza que pretendemos conseguir a través de ellos, ya es nuestra, forma parte de nosotros porque está presente en nuestro interior como algo inherente a nuestro Ser.

¿Porque seguimos, entonces, ignorando este hecho y delegamos nuestro caudal de felicidad al que nos proporcionan los objetos y los sentimientos que ellos nos producen?.

Es un gran descanso entender el proceso que produce esta disfunción, para estar atentos a la tendencia que tiene la mente a engañarnos apropiándose y enjuiciando los movimientos de la vida , provocando así la dualidad y la división.

La propia práctica nos coloca en la posición correcta al comprobar que los hechos, lo que acontece, lo que el universo actualiza en cada momento, no crea ningún conflicto cuando fluimos con ello y el ego deja de interponerse.

Esa actitud de no resistencia, de aceptación plena, abre nuestro corazón, y de él brota la respuesta más necesaria , las más adecuada y la más inteligente, en donde el Amor original que está en todos nosotros, se expresa sin tener que dividirse entre unos “quereres”, que sólo pretendian, vanamente, recomponer la unidad olvidada.

No son los sentidos, ni los sentimientos, ni los conocimientos, ni las emociones, los que nos aproximan a lo Real y no hay ningún “querer” que nos pueda completar, puesto que ya somos completos en nuestro Origen, lo Real es nuestra identidad y el Amor forma parte de nuestro Ser.

Se nos olvida demasiado a menudo que somos proveedores de todo lo que buscamos. Que está en el corazón de todos nosotros la fuente del Amor y de la Luz, Y que ella no necesita nada, porque su función sólo es impartir realidad a todo lo que acontece.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Obras son amores



Mi abuela nos solía decir, con esa sabiduría que da el recorrido de toda una vida, que no nos olvidásemos nunca de que "obras son amores, y no buenas razones", porque ¿de que le vale al hombre tener comprensión y conocimiento de las leyes de la vida si no actúa conforme a ellas?
 

Ver y comprender es estupendo, pero no suficiente. Es sólo un primer paso, que,  mientras no se contrasta en la acción, nos convierte en mirones o comentaristas de nuestro propio escaparate espiritual. 

Pero la bondad o la sensibilidad no hay que buscarlas, ni hacer de ellas nuestra bandera, porque ellas no proceden del ego ni tienen nada que ver con una adquisición personal. 

Somos "naturalmente" bondadosos y compasivos cuando no interponemos nuestras preferencias, en nuestras relaciones. Cuando no medimos los hechos con distintas "varas" según provengan de personas o cosas que nos gustan o no. Cuando intentamos comprender el punto de vista de los demás sin intentar imponer el nuestro. Cuando entendemos cuales son los momentos más adecuados para decir algunas cosas. Cuando estamos abiertos a que los demás nos muestren nuestra sombra......ya que sabemos que un objeto tiene multitud de pers
pectivas desde las que se le puede mirar.
...Y es esa humildad la que barre las impurezas de la mente que impiden la trasparencia a la inteligencia divina....en cada acción....en cada encuentro....en cada sentimiento.....y en cada hecho
.

lunes, 19 de septiembre de 2011

El abrazo




Cuando la mente deja de interferir y de resistirse a lo que es, sabiéndose al servicio del Ser, la vida se convierte en una maravillosa aventura en donde revertir los denarios con los que hemos sido dotados.



La profunda aceptación y la entrega en cada momento, a lo que se presenta en cada momento, abre vías de comunión con espacios que nada tienen que ver con lo que pueda ser conocido o aprendido.



La nueva perspectiva que permanecía oculta detrás del torbellino de emociones y pensamientos, se manifiesta como un estado de Presencia silenciosa. La cualidad de Ser que subyace a cualquier situación de las que se suceden en la vida. Y en un amoroso vuelo, se despliega como energía que abraza el universo de los nombres y de las formas .



Y en ese abrazo, el pequeño yo existencial deja de considerarse independiente y con voluntad propia, para entregarse y fundirse en un YO mucho más amplio. Conciencia Pura, cuyo poder e inteligencia gobiernan el universo, y habita en el corazón de cada ser aportando luz a cada experiencia y compasión a cada acción.


viernes, 16 de septiembre de 2011

El cuerpo de la sociedad



Cuando consideramos al conjunto de la sociedad como un sólo cuerpo, nuestro propio cuerpo, nos damos cuenta mucho mejor del porqué de los desajustes que se producen en su seno.
Si notamos el exceso de calor que nos produce el alimentarnos de más. La inquietud o nerviosismo que hemos de sufrir cuanto nos excedemos con los excitantes del tipo que sean, cafés , alcohol...etc, o el aletargamiento al que nos lleva el abandonarnos a los poderes establecidos, ya sean políticos, de comunicación o condicionamientos culturales y sociales de todo tipo, vemos que lógicamente, la suma de todo esto, aplicado al conjunto, genere el  estado generalizado de desasosiego o de angustia en que se desenvuelve. Porque aunque una parte intente poner orden, la inconsciencia y codicia de las demás tiran en otras direcciones, y dan lugar a todas esas tensiones de las que hablamos.

El orden de una sociedad es la consecuencia del orden que exista dentro de cada uno de los seres que la componen. Y eso sólo se consigue comenzando a construir la casa por los cimientos. Lo que supone poner orden en la mente humana, como la buena herramienta que es, al servicio de una Conciencia global que cuida de todos por igual, y no de una parte que es la que cada uno quiere para sí, porque es lo que le gusta.

Así que es el mal uso de la mente, por desconocer nuestra naturaleza real, la de SER, AMAR y CONOCER globalmente, la causante de ese estado permanente de miedo y de deseos que generan tanto caos y desigualdad social. Y el miedo es el que pone en marcha la codicia en defensa de “lo mío”. Y la codicia por “lo mío” provoca el des-abastecimiento de los demás y la inquietud general.

Y así los tirones del primer mundo por mantener su comodidad al menor coste posible , roba la energía de otras zonas del planeta y provoca el estado enfermizo y febril generalizado. Por eso cuando pretendemos construir una casa en donde no prime sólo el bien mío, sino el bienestar general, hemos de cuestionarnos seriamente porque estamos haciendo las cosas así.

Las enfermedades siempre trasmiten su sabiduría. Y una sociedad altamente enferma nos señala la cantidad de cosas dañinas que venimos haciendo de forma inconsciente. Y eso nos hace madurar colectivamente al tener que sufrir y resolver los resultados de nuestros hábitos nocivos.

Es conveniente ver cómo todo lo que se ha construido en medio de las prisas de la ambición y de un individualismo excesivo se ha de ajustar a las necesidades reales de los pueblos, en donde ha de incluirse a un tercer mundo al que esquilmamos previamente.

Afortunadamente dentro de cada uno de nosotros ya existe la referencia más fiable. La luz de una conciencia que nos guía. Para ello nos basta con quitar del medio las proyecciones de la mente codiciosa que sólo trabaja en beneficio de una parte. Y así encontramos los canales adecuados para que en lo sucesivo, el crecimiento de nuestros hijos, no se haga a costa de la exclusión y el sacrificio de los ajenos.

lunes, 22 de agosto de 2011

Aromas




Cae el rocío y las mañanas amanecen con el aroma a tierra húmeda y a hierba mojada.
Esas diminutas gotas de agua equilibran de tal manera la naturaleza, que permiten que se despierte el enorme potencial de sus esencias ocultas.


Me preguntaba porque la humanidad no podríamos gozar de algo semejante. De una estación en donde la armonía que subyace en nuestros corazones, y el aroma de nuestra esencia, se hagan notar perfumando todos los rincones del planeta.


Quizá es porque dejamos que se nos escape la sencillez de Ser. La mantenemos oculta bajo montones de condicionamientos, que de forma más o menos sutil invaden nuestro espacio interior e impiden una relación armoniosa con los hechos.

…......¡Vivimos tan hipnotizados por los patrones mentales!...., por las formas de pensar y sentir, que pocas veces dejamos espacio suficiente para que aflore la realidad subyacente a todo ello. Ese vacío acogedor en donde lo que aparece, va y viene a expensas del tiempo y el espacio, y está condenado, por lo tanto, a desaparecer.

Pero hemos de recordar que la vida, aparte de sentirla o de percibirla, la somos.

Que basta deshacer el nudo que origina la memoria y la imaginación creando la ilusión de una historia individual, para sentirse siendo esa vida universal que se actualiza de instante a instante y en la que actuamos como instrumentos a su servicio. Porque acallado el ruido que provocaban las luchas entre ideas y emociones, la energía que antes se ramificaba en todas direcciones, se re-unifica como totalidad expresando fielmente la inteligencia de la vida.

Y esto es quietud. No quietud del cuerpo o de la mente, sino la paz inalterable de una dimensión más profunda de Conciencia en donde el observador desaparece por no quedar nada que observar. Y “el yo”, en suspenso y sin papel que representar, deja de incordiar.

Y permanece la Presencia iluminando todo el campo de la consciencia, en donde todo lo que sucede toma su realidad de ella, como expresión y extensión de nuestro SER.

Y entonces la energía creadora del universo se manifiesta descubriendo su esencia en cada forma que adopta. Y su perfume se hace notar cómo se hacen notar los aromas del campo con el rocío del amanecer, haciendo todo digno de amor y amable.

martes, 16 de agosto de 2011

Rebelión en la huerta







Confieso que estoy avergonzada.

Hoy he llegado a mi huerta después de unos días de vacaciones y me la encontré alicaída y como si no quisiera saber nada de mí.
Como habían ido unos amigos a visitarme me disculpe del mal estado en que se encontraba y se lo achaque a que seguramente se debía a la poca calidad de las simientes.

Cuando me quedé sola, me sorprendió oír a una berenjena en la que ni siquiera había reparado por su pequeño tamaño, dicirme que era una ignorante y una ilusa. Que si me había creído que ellas iban a crecer sanas y hermosas, sin que yo hubiera puesto nada de mi parte. Que se habían quedado solas, sin apenas agua y teniendo que competir con cientos de hierbas “indígenas” que defienden con uñas y dientes su terreno, y que bastante tenían ellas con haber llegado a donde llegaron..

Cuando oyeron esto las demás hortalizas se animaron a apoyarla y entre todas me dejaron claro que si quiero huerta, que me la "curre", y que haga algo para merecerla. Porque para disfrutar del sabor y de la fragancia que ellas ofrecen, que no me piense que es sólo cuestión de sembrar. Que hay que comprometerse también a mantener día a día la tierra húmeda y limpia. Porque ellas responden a como se las trata. Y me han asegurado que si me esfuerzo y trabajo con ellas con la debida atención , no me defraudarán y crecerán sanas y tiernas.

Pero que si pretendo otra cosa, pues que me alimente solo de fruta, que para eso están ya los frutales. Que llegada la estación dan su fruto, sin importarles lo mucho o poco que los haya cuidado.

Esto me ha hecho venirme a casa a reflexionar, y a pensar en las veces que me quejo de lo mal que van las cosas, o del poco amor y solidaridad que hay en el mundo.
¿será también que estoy pidiendo sin haber hecho antes mi trabajo?








Ustedes salen a comprarse el cielo e imaginan que el Gurú se lo proporcionará por un precio. Buscan cerrar un trato ofreciendo poco, pero pidiendo mucho. Ustedes no engañan a nadie excepto a sí mismos. (Nisargadatta)






miércoles, 10 de agosto de 2011

¿Esfuerzos?





Cuando te esfuerzas intentando establecerte en tu ser, este proceso se armoniza, se hace cada vez más puro y , en su última pureza se disipa el yo soy y entonces ¿qué puede quedar allí ? ¡El tiempo ha tragado, digerido y matado al tiempo! (Nisargadatta)

En este camino de discernimiento, tratamos a menudo de ir desenmascarando aquellas cosas o situaciones que con más facilidad nos hacen identificarnos con ellas o con las imágenes que proyectamos en relación a ellas, olvidando hacerlo desde un centro de Conciencia que observa y acoge la situación en todo su conjunto.

No hay duda que nuestro sincero interés nos presenta enseguida oportunidades de ver como funciona todo esto. Basta muchas veces con que nos encontremos con algún amigo/a que hace tiempo que no vemos, que alguien nos trate con pocos miramientos o por el contrario que recibamos alguna gran alegría, para ver de forma evidente, como de sopetón hemos dejado este espacio de luz, para trasladarnos a vivir a otro en donde se genera la dualidad y existe confrontación con la situación y con las emociones que ella despierta. ¡Que rápidamente nos vestimos con un personaje lleno de recuerdos y de historias!. Y así, en el trascurso del día, en la medida que nos vamos haciendo conscientes de ese trasvase de identidades, observamos la cantidad de ocasiones en donde el Ser no se deja trasparentar, e inundar de calidad y de calidez las relaciones y a las acciones que se llevan a cabo a través de él.

Es natural y saludable compartir la alegría o el dolor. Pero la mayoría de las veces, esto no tiene nada que ver con el continuo repique de palabras y de emociones en las que de una manera habitual e inconsciente se basan las relaciones . Unas energías que se mueve de forma superficial, en un continuo usar y tirar según convenga, porque no surgen de estados profundos de conciencia y por lo tanto no va impregnadas con el sello de la unidad, de la comprensión y de la compasión. Y en este vivir dormidos el único que se alimenta es un ego que mira sólo para lo individual, para lo que le resulta más cómodo o para lo que le interesa.

No hay duda de que todo este esfuerzo por llevar luz a la oscuridad sucede en el nivel de la mente. Pero esto es lógico, dado que si es la mente la que crea la falsa visión, ella misma debe de recorrer el camino a la inversa y descubrir el origen de tal disfunción. Y seguro que aquí cada uno habrá encontrado de propia mano, con su propia vivencia, lo que le empujará a dar el siguiente paso. Cuando salimos de un entorno limitado a lo personal, porque reconocemos nuestras capacidades globales, y entendemos a la mente como una herramienta a nuestro servicio, al servicio de la inteligencia y de la vida ¿Porque no utilizarla adecuada y éticamente , en beneficio de la verdad, de la bondad y de la sabiduría?

Sabemos que al núcleo de nuestro Ser estas batallas ni llegan, y permanece inafectado en su eterno silencio, como fondo natural, inmutable y siempre presente, no tocado ni alterado por las formas en las que se manifiesta, ni por la mente,los pensamientos y las emociones que la nutren, ni por los acciones a lo que todo esto da lugar. Simplemente haciendo todo ello posible, con su luz y calor.

Así que por eso a veces nos surge la misma pregunta que le hacían a Nisargadatta: ¿entonces para que sirve tanto esfuerzo? A lo que él contestaba:

A menos que usted haga tremendos esfuerzos, no se convencerá de que el esfuerzo no lo llevará a ninguna parte. Sólo los crudos hechos pueden mostrar el absoluto vacío de la auto-imagen.

jueves, 4 de agosto de 2011

Alma marinera





Confieso que siempre he sentido una profunda atracción hacia todo lo relacionado con el mar. Creo que al igual que se heredan los rasgos físicos o del carácter, debemos de nacer también impregnados por aquellos ambientes en que se han desenvuelto nuestros ancestros.



Esa pasión marinera me ha llevado a entender siempre la vida como si de un gran océano se tratara: profunda, misteriosa y en constante cambio y movimiento.



A lo que crece en la tierra le gusta echar raíces, tener un lugar adecuado para establecerse y decidir que ese espacio es de su propiedad. Pero en el mar eso no es posible. El mar no permite retener. Su naturaleza es el movimiento y la interaccíón con los otros elementos.



Y bajo esa adaptabilidad fascinante, permanece siendo lo que es, sea cual sea la forma que adopte: plácido, tranquilo, alborotado o bravío. Y aunque los vientos lo moldean, el sol le haga brillar, o tome prestado el color del cielo, es agua, y sólo agua, luzca por un instante con la apariencia y la belleza que refleja su superficie, como si permanece en la oscuridad y el silencio insondable de los abismos marinos.




Y así mi alma se ha vuelto marinera, porque se sabe Conciencia y solo Conciencia, tanto si adopta la forma, fulgor y brillo del mundo de la experiencia , como si se mantiene silente e in-afectada ,en su quietud y eterno reposo.

martes, 21 de junio de 2011

COHERENCIA









A veces sucede que nuestra apertura a la luz pasa por etapas en donde se manejan muchas ilusiones, pero pocos hechos. Nuestro interés debería de llevarnos a contrastar pronto el mundo de las palabras, dándoles su recorrido y finalidad al ponerlas en la acción.



En los asuntos cotidianos, somos mucho mas concretos y funcionales. Sabemos que sólo la práctica nos da la seguridad sobre si una cosa está correctamente hecha o no. En la medida que cocinamos, hacemos gimnasia, cosemos, limpiamos, conducimos el coche, hacemos esto o lo otro, afianzamos y ejercitamos nuestras capacidades naturales, y ellas dan la medida, en todo momento, de si lo que hacemos, lo hacemos de la manera adecuada o no. Y esa acción ya señala el siguiente peldaño, que es corregir errores o moldear las incidencias que se vayan produciendo.



¿Hacemos lo mismo en otros aspectos de la vida? ¿Aplicamos el mismo criterio al trabajo interior? Dar un tiempo a la comprensión como se lo damos a los libros de cocina. Y que sea nuestra propia andadura la que señale en cada instante cual está siendo nuestro posicionamiento, ese que detecta todo aquello que queda por soltar.



Cuando nos preguntamos
¿Qué impide vivir este mismo instante con toda la conciencia abierta y desplegada?
¿O qué impide soltar el nivel de la consciencia y abrirse al espacio vacío del que ha surgido?
vemos inmediatamente los anclajes a los que nos aferramos dándoles realidad.



¿Y a qué se le da realidad?
A las ideas, a las emociones, a los pensamientos, a todas esas cosas que forman parte del funcionamiento de la vida, pero que asociamos, por inadvertencia, a una entidad puramente mental, separada del conjunto y a la que llamamos “yo” o “mi”. Damos realidad al contenido de la consciencia y nos olvidamos que somos la consciencia misma.



La comprensión señala que estamos siendo en todo instante una Conciencia que imparte Realidad a las cosas y no al revés. Que no son las cosas ni las personas las que nos dan realidad a nosotros. Y así comienza ese fluir entre el ser todo y ser nada del que habla Nisargadatta cuando dice “El amor dice: Yo soy todo. La sabiduría dice yo soy nada. Entre ambos fluye mi vida. Y puesto que en cualquier punto del tiempo y del espacio puedo ser ambos, el sujeto y el objeto de la experiencia, lo expreso diciendo que yo soy ambos, ninguno, y estoy mas allá de ellos.



La viviencia de ser todo, de ser la potencialidad pura, de ser el origen y la fuente de toda experiencia , habrá de verse reflejada en hechos. Entender que toda experiencia es sólo una proyección de la Realidad que somos, que ocupa de forma momentánea el campo de la consciencia, trasforma de manera sustancial la manera de vivir. Si somos la vida, si nos es propia toda la manifestación y nada es ajeno, ¿dónde quedan las divisiones y las separaciones? Somos creadores y responsables de su discurrir desde sus aspectos mas tenebroso y oscuros hasta la mayor y mas perfecta lucidez. No hay por lo tanto lugar ni para la repulsa, ni para el abandono ni para la pereza.




De lo que sí habrá que ocuparse, por simple Coherencia, es de no permitir que se asiente esas nubes que oscurecen este entendimiento e incitan a actuar sin tener en cuenta esta visión de unidad. Y por eso la atención despierta estará alerta a esos momentos en que se acercan y cruzan , pensamientos o emociones, que aunque vengan disfrazados de buenas intenciones, hagan olvidar este hecho esencial.




martes, 24 de mayo de 2011

Coraje




He visto que seguia pretendiendo vivir sin dolor.
Y el dolor está intimamente ligado al movimiento del vivir.
La vida es lucha y dolor.
Todo en el universo está en constante lucha por la supervivencia, sólo hace falta echar una mirada para nuestro propio cuerpo o para la naturaleza y ver como todo se está comiendo a todo continuamente.

Creo que a partir de que existe esta comprensión solo nos queda vivir de coraje.
El coraje de saber que pase lo que pase, sólo le pasa a este pequeño e insignificante yo, y que cuanto antes aprendamos a fluir con lo que nos trae nuestro destino, antes nos liberamos de él.

Porque la libertad no está en impedir que las cosas sucedan, sino en permitir que todo sea como está siendo. Y que suceda lo que suceda, sólo nuestro cuerpo es afectado por ello, pero nuestra vida está asentada ya en otra dimensión....


domingo, 22 de mayo de 2011

Una mirada a la vida


Siempre he creído en la importancia de empezar a limpiar nuestra casa con un buen barrido y puesta en orden en el terreno de lo psicológico. La práctica me ha hecho ver, que las barreras que nos impiden permanecer plenamente conscientes de nuestro SER, son aquellas que genera el mal uso de la mente.

Aunque a muchas personas parece irles bien saltando ese paso, yo he optado casi siempre por términos medios. A medida que vamos abandonando técnicas y escuelas, nos encontramos que al despertar cada mañana, aunque vacíos de conceptos, hay que hacerse cargo de un cuerpo y una mente, (los nuestros y los de los demás) con sus demandas e idiosincrasias.

Parece que uno aprende más por viejo que por sabio. Y en el terreno del llamado mundo espiritual ha pasado igual que en el de la política. Ha sido como una percha en donde se ha podido colgar de todo. Y a las actitudes bastante neuróticas, que deberían de ser cuestionadas, se las ha considerado pasos necesarios para promover el despertar, situado como algo lejano y al que sólo se podría acceder dejando la piel en el empeño.

E igual que el padre de familia justifica su codicia o avaricia, en la necesidad de mantener a su familia, el buscador ha justificado con su búsqueda, sus rigideces, austeridades y el constante mirar para su propio ombligo, que han hecho de él, en muchas ocasiones, un ser poco tolerante e insensible a las bellezas de la vida. Y con el bautizo “espiritual” se divide en dos el simple acto de vivir, en donde lo mundano se convierte entonces en el hermano pobre e ignorante que hay que mantener a distancia y con muchas precauciones.

No hay duda que en este proceso que supone la vida, sufrimos y hacemos sufrir. La mayoría de las veces por inadvertencia o por autoengaño. Las consultas de psicólogos están llenas de parejas o de familias en las que cada uno de ellos ha vivido sus relaciones desde lecturas absolutamente distintas. Y uno se pregunta ¿Cómo puede ser eso? ¿Como lo que uno vive como un dolor infringido, el otro lo encuentra lógico o un mal posicionamiento de la otra parte?. Como decia el poeta de mi tierra...porque "todo es del color con que se mira..".

Por eso el mundo de las relaciones, el mundo en el que toca estar cada día, está lleno de esas constantes, absurdas y neuróticas interacciones.
Y aunque queramos llevar al cuerpo lejos de ese gallinero, tiene que ir acompañarlo de una mente que le sirven los paraísos.

Mientras la mente no comprende de qué está formada. Mientras no entiende que el mundo que ha querido dejar atrás es sólo un producto y una creación de ella misma, va a continuar demandando del exterior un orden y una quietud que nunca va a poder encontrar. Porque el orden y la quietud no provienen de la mente, no se encuentran en su misma dimensión. Hemos de sortear sus barreras o mirar más allá de ella, para encontrarnos con un espacio que es nuestro espacio natural. Y ahí sí que encontramos la Paz y el Orden que no dependen del exterior, porque son cualidades inherentes a nuestra esencia. Nuestra vivencia de Ser, que abarca e incluye todo, y en donde se dan los movimientos de una mente, que cuando conocemos sus límites y para lo que sirve, ya no nos puede volver a confundir.

Nuestro mundo lo creamos nosotros, es producto de nuestro pensar y sentir, porque el mundo que aparece en nuestra conciencia viene teñido con los colores de nuestro estado mental. Por eso una mente en orden, purificada de viejas tendencias, trasparente, nos permite descubrir en él esa simple sucesión de hechos, la mayoría puramente incidentales, que reflejan la inteligencia y el orden de un poder superior, al que ella nunca va a poder acceder.

miércoles, 18 de mayo de 2011

El poder del desencanto



En muchas ocasiones se despierta el interés de indagar en nuestro interior a través de algun golpe o revés que ha sucedido en nuestras vidas, y que nos ha hecho buscar explicaciones más allá de las conocidas.

El desamparo inicial que sentimos, que nos hace creernos víctimas del destino, si lo sabemos encauzar, resulta de lo más útil y beneficioso. Esa energía que generan el desencanto y la decepción, lleva en sí tanto poder, que bien utilizada nos empuja a salir de donde estamos, y a aprender a resolver las situaciones mirándo los acontecimientos desde otro posicionamiento.

Las crisis, siempre suponen que el ego ha sido golpeado. Nos señalan hacia aquello que debemos de soltar, para no seguir malgastando energía en pretender que tal o cual persona o situación, deje de afectarnos. Porque lo importante y liberador está en comprender que lo que Somos está siempre presente en cada movimiento de la vida. Y cuando llega el dolor, llega. Y cuando se presenta la alegría , también. Pues ambos son movimientos periféricos de nuestra conciencia. Pero ya no hace aparición ese "alguien" que confronta los acontecimientos, por nimios que ellos sean.

Esto no significa quedar pasivo. Porque eso no es la vida. La vida es puro dinamismo y está actualizando a través de nuestro cuerpo y mente la respuesta adecuada, ya sea en forma de un silencio creativo o de la palabra clarificadora, de manera suave o contundente. Pues la vida no está separada de nosotros. Nosotros somos la vida.

Llegados a este punto ¿queda algo por hacer? . Si todo está contenido en nosotros. Si nosotros somos la prueba de toda existencia. En ese darse cuenta de que cualquier experiencia de la índole que sea, hermosa o fea, es el vestido que ha adoptado la conciencia en ese momento... cesa toda ambición, cesa toda ansiedad por que lo que se presenta sea distinto a lo que es... Y esa relajación...esa parada, es una apertura que nos abre las puertas a otra dimensión.


miércoles, 23 de marzo de 2011

La prueba de la Realidad



Curiosamente, parece que nos gusta delegar al futuro aquello que nos cuesta afrontar en el ahora. Y pensamos bueno..ahora no...mañana... De esa manera posponemos nuestro compromiso de actuar de acuerdo a la circunstancias presentes, y creamos un tiempo, un espacio, y una persona que lo pueda habitar. Con relación a lo que entendemos como nuestra búsqueda espiritual, nos suele pasar lo mismo. Decimos que eso lo han alcanzado algunos privilegiados, y que nosotros estamos aún lejos de ello.... y esas ideas sólo nos llevan a seguir levantando los muros que pretendemos derribar.

Y mientras tanto, se nos escapa el hecho evidente de que precisamente nuestra existencia, ya es la prueba de la Realidad. Y que son los ropajes con los que se viste: pensamientos, emociones y todo el mundo sensorial que se desenvuelve a su alrededor y como expresión cambiante de ella misma, los que atraen nuestra atención y opacan su trasparencia.

¿Pero, quién sino ella hace posible el vivir? 
¿Y de donde proviene el empuje que promueve nuestra humilde investigación?
¿Quién sino lleva a cabo la labor de asentar la comprensión en la vivencia? 
¿No habita ella en cada corazón infundiendo coraje y alentándonos a encontrar nuestras propias respuestas y nuestras propias forma de expresión? 
¿No es acaso nuestra claridad y caridad, la propia Realidad descorriendo sus velos? 
¿O pretendemos seguir viendo al camino y a la meta en lugares distintos? 

 Porque el camino y la meta ocupan el mismo lugar, siempre que vivimos directamente la vida.
Cuando cesamos de interpretarla con el pensamiento y permitimos que se revele el gran poder unificador del corazón, acogiendo e iluminando hasta la último rincón de nuestra vida.
Y algo tan sencillo como eso, ya descubre a la realidad brillando en cada átomo de la existencia, sin ser reconocida, puesto que ella es el origen y el soporte de todo lo conocido.

miércoles, 16 de marzo de 2011

El pensamiento y la libertad




Pasamos gran parte del día pensando, porque el pensamiento es algo que sucede de manera automática. Y él se pasea por nuestro interior buscando alimentarse de nuestro pasado o poniendo en marcha nuestra imaginación. Se entretiene reviviendo las viejas historias que nos han ocurrido o proyectando lo que pueda ocurrir en el futuro. Así revolotea buscando la manera de sobrevivir. 

Y es cuando nos identificados con nuestros pensamientos, cuando creamos un “yo”, un "mí", o esa estructura que llamamos “ego”. Porque cuando observamos al ego, a eso que llamamos " mi persona", encontramos que no es otra cosa que eso, pensamientos y sentimientos que han enraizado en nuestro psiquismo y que ocultan o desvían nuestra percepción de la realidad. El ego aparece cuando la conciencia queda identificada con el pensamiento, interpretando los hechos a través de él. 

Pero el pensamiento sólo es una pequeña parte de la conciencia, de la totalidad de lo que somos. Lo vemos claramente en los momentos de tranquilidad, o cuando realizamos alguna actividad en la que no necesitamos pensar y descubrimos en nosotros una paz y una alegría que nos llega de otra dimensión, y que por lo tanto, debe de ser el reflejo de nuestra naturaleza real, de nuestra esencia, pero que por ignorancia, mientras no somos conscientes de ello, se lo atribuimos a los objetos que nos la producen.

Y el pensamiento da lugar a la emoción. Pensamiento y emoción siempre van juntos. Porque la emoción es la respuesta que da el cuerpo al pensamiento. Cuando un hecho encuentra una respuesta automática y natural, no nos genera ninguna emoción. Pero en cuando empezamos a cavilar interpretándolo: me gusta, no me gusta...debería ser así o no......me corresponde , no me corresponde....aparecen todas esas emociones inducidas que nos causan tanta amargura y conflicto. Y además ya no nos vale decir que hay emociones positivas o negativas, pues unas y otras se intercambian con gran facilidad: lo que me agrada hoy, mañana ya me ha cansado y lo que hoy me da placer, mañana me molesta....porque todas ellas provienen de la capa más superficial de la conciencia, y en esa dimensión todo está sujeto al cambio y a la trasformación

¡Así que cuánta energía perdemos entre expectativas y defensas de toda clase de asuntos imaginarios!. Historias que fabula la mente recreados sobre antiguas experiencias o condicionamientos en los que hemos sido educados. Pero que al no ser hechos actuales, no tienen nada de reales. Pero que mantienen a nuestro organismo en una tensión y a una ansiedad que da lugar a muchas de las enfermedades que padecemos.

Sólo cuando traspasamos esa capa nos vamos a encontrar con que existen estados más profundos de Paz, Amor o Alegría, que afloran de otra dimensión de la conciencia y que no se ven alterados sean cuales sean las circunstancias externas. 

Son estados de nuestro SER, que emergen impregnando de Amor y belleza nuestro vivir y nuestras acciones . Ese mirar más profundo es el que nos permite constatar como detrás de los pensamientos y de las emociones está el telón de fondo desde donde pueden ser percibidos. Y que ese telón de fondo es algo que nunca cambia en nosotros y que por lo tanto constituye el eje de nuestra naturaleza esencial.

Manteniéndonos ahí, con nuestra atención dirigida a la vivencia de SER, al momento presente, al AQUI y AHORA , al “YO SOY”, vemos desprenderse esa identidad que nos hacía vivir pegados a los pensamientos, pegados a las emociones, creernos un objeto entre los objetos, y descubrirnos como Conciencia que constata. 

Pues la Presencia consciente pone fin a la continua identificación con los pensamientos y las emociones en un entendimiento en donde la mente se rinde. Ya no nos interesa oponernos a la vida, cuando nos sabemos parte intrínsica de ella.. Y permitiendo que todo sea como está siendo... ya somos completos y libres. 

Nos habíamos habituado a identificarnos con lo que hacemos en la vida, o con lo que tenemos. Pero para trascender la idea de ser un individuo particular hay que salirse del contenido. ¿y que hay más allá del contenido? ¿No es eso que lo hace posible?, ¿No es el espacio en donde todo cobra existencia?



martes, 25 de enero de 2011

Una vida sabia



Cuando el Amor de la Sabiduría nos invita a ir clarificando e integrando todos los aspectos del vivir, para dar plena atención a un presente de hechos, no de imaginación ni de memoria, la relación con la vida se vuelve fresca, espontánea y llena de inocencia.

El conocimiento y la comprensión nos indican la puerta para salir del error y de los hábitos, y nos señalan hacia todo aquello que nos queda por soltar. Pero dar la bienvenida a lo Real es como aprender a nadar, hay que despojarse del traje, lanzarse al agua, zambullirse sin ninguna certidumbre y obtener de primera mano la vivencia de la libertad.

Las "prácticas espirituales", en las que algunas veces nos apoyamos, nos pueden ayudar a un contacto más íntimo con nuestro yo interno.... y por eso meditamos, nos relajamos, hacemos yoga...alguna que otra austeridad.....y eso está bien en la medida que purifica y prepara al organismo para su encuentro con lo Supremo. Pero a veces ocurre, que después de algún tiempo, si somos honestos, nos encontramos constatando lo poco que se ha trasformado nuestra vida y lo poco que se ha purificado nuestra mente.

¿Y que es lo que puede estar pasando?
Pues sencillamente, que aún seguimos contaminados con la idea: "yo soy el cuerpo", e involucrados en sus propios intereses. Aunque el cuerpo se haya vuelto "un poco más espiritual".
Y también puede ser, que no estamos poniendo el empeño suficiente, para que nuestras acciones en la vida diaria, sigan el camino de nuestra comprensión y expresen el entendimiento, de que "yo no soy el cuerpo".
Por eso seguimos ofuscados en el mundo de opuestos, sin permitir que lo Real integre a la persona que creemos ser, en el Ser impersonal que en realidad somos, y restablecer así la unidad primordial entre el buscador y su búsqueda.

Por eso, no importa mucho lo que hagamos, mientras sigamos olvidándonos de lo importante. Mientras no nos desprendamos de la idea de ser una persona. Mientras no soltemos el hábito de vivir, pensar, sentir y responder desde la posición de un "yo pequeño", independiente y con voluntad propia. Y permitamos que sea nuestro SER impersonal el que se haga protagonista principal de una vida en donde lo personal, aparece sólo cuando se le necesita y como una simple proyección.

Y así la vida fluye ya, sin barreras de separación entre ambos, y sin diferencias entre lo exterior y lo interior.

El problema a vivir una vida así de sabia, siempre lo plantea el miedo. Miedo a soltar el terreno conocido de la mente.
¿pero, que sucede realmente cuando aflojamos esos límites de la forma?
Cuando dejamos atrás el foco de atención limitado a un sólo cuerpo, y nos abrimos a una conciencia mucho más amplia, nos encontramos con un cuerpo mucho más grande de lo que creíamos. Que resulta que nuestro cuerpo es universal. Que todas esas cosas que atribuíamos a un mí.......qué si estas son mis ideas....o estos mis sentimientos.....o mis deseos.....mis éxitos o mis fracasos.., en fin, que todo eso que nos hemos preocupado en cuidar y defender durante tanto tiempo, como algo propio e individual, resulta que no es tan propio e individual como pensábamos. Ahora entendemos que todo eso forma también parte del funcionamiento de mi vecino, de mis amigos, de mi familia, ..en fin, de la humanidad entera.

O sea que el funcionamiento del universo se vale de las ideas, de los sentimientos....hace que la vida crezca y se desarrolle a través de los deseos....y ella misma genera la energía necesaria para satisfacerlos. Ese es el universo que todos experimentamos y en el que no hay nada separado de la totalidad. Así que nosotros somos ese universo...esa fuerza y dinamismo de la vida sucediéndose en un fluir constante de imágenes y de experiencias.

¿Y entre imagen e imagen, entre experiencia y experiencia? ¿Qué hay en esos espacios en blanco en donde la consciencia no experimenta? ¿Cuál es el hilo conductor?

Porque en nuestro estado de vigilia percibimos nuestro espacio interior invadido por multitud de pensamientos y de sentimientos. Pero también percibimos momentos de quietud, en donde el espacio permanece vacío..
¿y qué sucede entonces? ¿Hay lapsos en la consciencia?. Es evidente que no. El hilo conductor que es nuestra Conciencia en Sí, sigue presente, como Testigo silencioso, al igual que en el sueño profundo. Un espacio único en donde coexisten la experiencia y la ausencia de experiencia, pero sin ser afectado por ninguna de las dos.

¿ Podremos describir ese vacío?
Lo que sí podemos es ir constatando como se trasforma nuestro vivir con la estabilidad y la quietud de la mente que él nos trae.
Veremos como las emociones negativas se van disolviendo, al ir integrando esa mitad de la vida que no nos gustaba y las pasiones se van apaciguando, al no demandar de un exterior una felicidad o una paz que ya reconocemos inherentes a nosotros mismos.
¿Y que nos queda? Nos queda la sencillez de SER, la dimensión en la que no existe tiempo ni espacio, porque todo tiene lugar AHORA, y la unidad y el Amor con todo lo creado.
Y eso trae orden y equilibrio a la Vida. Trae la calidez y la pureza de la inocencia, y la humildad del no saber.

Cita Nisargadatta : Sólo existe un Ser, la Realidad Suprema, en la cual lo impersonal y lo personal son uno.