Ver y comprender es estupendo, pero no suficiente. Es sólo un primer paso, que, mientras no se contrasta en la acción, nos convierte en mirones o comentaristas de nuestro propio escaparate espiritual.
Pero la bondad o la sensibilidad no hay que buscarlas, ni hacer de ellas nuestra bandera, porque ellas no proceden del ego ni tienen nada que ver con una adquisición personal.
Somos "naturalmente" bondadosos y compasivos cuando no interponemos nuestras preferencias, en nuestras relaciones. Cuando no medimos los hechos con distintas "varas" según provengan de personas o cosas que nos gustan o no. Cuando intentamos comprender el punto de vista de los demás sin intentar imponer el nuestro. Cuando entendemos cuales son los momentos más adecuados para decir algunas cosas. Cuando estamos abiertos a que los demás nos muestren nuestra sombra......ya que sabemos que un objeto tiene multitud de pers
pectivas desde las que se le puede mirar. ...Y es esa humildad la que barre las impurezas de la mente que impiden la trasparencia a la inteligencia divina....en cada acción....en cada encuentro....en cada sentimiento.....y en cada hecho.
pectivas desde las que se le puede mirar. ...Y es esa humildad la que barre las impurezas de la mente que impiden la trasparencia a la inteligencia divina....en cada acción....en cada encuentro....en cada sentimiento.....y en cada hecho.