domingo, 28 de junio de 2015

Más allá de los hábitos




 
 

El  discernimiento siempre encuentra rincones oscuros que pasan desapercibidos, por el simple hecho de que vivimos totalmente identificados con ellos. Trampas que impiden nuestra plena realización, nuestra unidad con la vida.


Muchas de esas trampas las crean los hábitos. ¡Quién no se ha visto dominado por ellos, en muchas ocasiones! 
Hay ciertos hábitos que descubrimos que son  nocivos,  que nos pueden hacer daño de manera física o mental, y quizá a esos les prestemos mayor atención, para que con grandes dosis de cariño y esfuerzo, intertar erradicárlos. 
Pero aún quedan otros hábitos que aunque sean más saludables , se convierten en esquemas de funcionamiento,  en formas demasiado estructuradas que marcan el día a día y no permiten que se manifieste la espontaneidad de la vida. Pues el hábito,  a mi modo de ver no tiene que ver con la rutina. La rutina no crea adicción y  puede ser abandonada en cuanto las necesidades del momento lo demanden, pero el hábito no, el hábito encorseta.  Cuántas veces nos habremos encontrado diciendo: Ah!!!,...que incordio que haya sucedido esto, que se hayan alterado todos los planes....justo ahora que es mi hora de meditar, de descansar...de hacer ejercicio... de escribir... o de lo que sea. El hábito nos vuelve rígidos e inflexibles. 

Esto no quiere decir que vayamos a estar a expensas de los deseos de los demás...no, porque los deseos de cada uno, le corresponde a cada cual responsabilizarse de ellos, para  aprender  y crecer. . 

No , estamos al servicio de la totalidad de la vida, y ser  servidores de la Vida, nos vuelve  dúctiles como el hierro de la forja...en su fuego creador, porque es la inteligencia de la vida la que toma las riendas en cada acción.

De ahí que deshacerse de lo que limita el hermoso y amplio proceso de vivir, es labor muy liberadora. Con ello aprenderemos a traspasar algo que nos esclaviza sobremanera, el hábito enormemente arraigado de identificarnos con las formas de pensar  y de sentir... y de movernos en medio de la imaginación y la memoria que construyen la identidad personal. 


Igual que si queremos ganar en salud, vamos deshaciéndonos de las costumbres insanas que puedan alterar nuestro organismo. La liberación de nuestra manera habitual de relacionarnos con la vida....desde un yo....desde un individuo, desde un cuerpo....desde una persona....exige una constante y permanente alerta,  si lo que anhelamos es permanecer puros en nuestra naturaleza Real. 


Para eso dice  Nisargadatta :

"Deje en paz a los hábitos  ¡Vaya más alla´. Si no puede hacerlo entonces usted no puede comprender esto, toda la verdad final. Ningún camino, ninguna instrucción, ningún método, ninguna técnica. Usted es pleno, usted es todo. Uno. Usted siente que usted es dos. ¿no es así? Comprenda que usted no es dos. Advaita."

La gente que se aferra a su cuerpo no es apta para este conocimiento.