lunes, 29 de junio de 2015

La belleza de lo natural






Reconozco que paso grandes momentos contemplando la naturaleza. Disfruto de cada estación, me parece que cada una, tiene un color especial que la representa.  En el invierno, por estos lares, el amarillo es el color predominante, con  las praderas cubiertas de  tréboles y  nabos floridos, después la primavera y el verano son una  eclosión de variado colorido, con los bordes de los caminos llenos de flores silvestres y los campos tapizados por los cultivos....hasta bien entrado el otoño en donde ya empiezan los árboles a perder sus hojas y los suelos se llenan de  ocres y rojizos. 

Y es que ella, generosamente, siempre ofrece su belleza, sus colores y sus olores  sin preocuparse de si podrá haber alguien capaz de disfrutarlos. Está ahí sencillamente, y quién tiene la sensibilidad de apreciarlo, lo agradece.

Esa vida que se expresa de formas tan variadas, está invitando en cada instante a ser vivida en su maravillosa plenitud. Porque la vida es el patrimonio que todos compartimos desde el momento que aparecemos en ella, desde que, como uno más, formamos parte de ella, como  lo hace desde el más inerte de los minerales hasta el más avanzado de todos los seres. 

De quedamos estancados en las diversidades..., en las diferenciaciones..., en las peculiaridades...nos pasará desapercibido ese caudal de energía que está continuamente dando  existencia a todos los seres, y que bulle alegremente por todos los rincones del universo.. . Porque no hay la vida de unos, y la vida de otros.....sólo hay vida. Y en esa vida, mineral, vegetal o animal  todo encaja perfectamente según una inteligencia que la gobierna, y  que la mente humana, debido a sus propias limitaciones , nunca podrá conocer.
 
Por eso, poco sentido tienen los orgullos personales, pues las capacidades con las que hemos venido a este mundo  nos han sido regaladas. Pero además, por encima de esas  capacidades , que están condicionadas al  estado del cuerpo o de la mente, hay otras cualidades esenciales que son inalterables e incondicionadas, y que son iguales para todos, que pertenecen por derecho natural a todos, que dan Luz a la existencia y nos capacitan con su Amor al tránsito por ella.  Existencia, Conocimiento y Amor infinitos, son los pilares sobre los que se asienta nuestra Consciencia y sobre los que éste universo está construido.

Así que el camino de la sabiduría nos invita a receder, a apreciar en cada forma la no forma, en descubrir en cada hecho, el potencial que lo ha hecho posible, en no dividir la vida en dos, en el veedor y lo visto. E ir descubriendo otra forma de relación, más profunda, en donde, la no división, hace que todo se vuelva cercano y  amable...porque  todo comparte la misma esencia......porque todo comparte la misma belleza y el mismo destino.