domingo, 28 de diciembre de 2014

Un brindis por la Vida




Llega un nuevo año y con él,  el consabido repaso a las viejas historias pasadas, mejores o peores,  y la puesta en marcha de buenas intenciones, con lista de propósitos incluida, a realizar "sin falta" en un futuro cercano.


Pero que no se nos disparen las expectativas, puesto que como ya decía sabiamente el poeta:


" Non se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de passar
por tal manera."


Si ya hemos visto que poner el énfasis en "lo terrenal", en el simple correr de los sucesos, nos convierte en simples comparsas de esa repetición en la que se desenvuelve la cotidianidad de los hechos.
Y como todo lo que sucede forma parte de la gran obra teatral que representa la vida, hemos de estar atentos a que el ingenio de la comedia no nos haga perder la certeza de nuestra verdadera dimensión, en la que somos llamados a ocupar un lugar de privilegio, como espectadores invitados y "afectuosamente no implicados". en ella.


Pero ya que estábamos hablando de propósitos  y buenos deseos para el nuevo año, me preguntaba ¿qué sería bueno de desear? Porque siempre suelen aparecer  ideales a cumplir. Y eso es algo beneficioso, en cuanto vaya acompañado de un sentimiento de interés general y de buena voluntad hacia todo y hacia todos. Y en donde, en cada hecho,  quede reflejada la honestidad y sinceridad que habita en el corazón de nuestro SER.


Esta sería sin duda la gran noticia. El amanecer de una era en donde la claridad alumbre un ser humano nuevo. Que invite al abandono de esa falsa estructura "egótica" que  incita a actuar en nombre propio y por consiguiente en beneficio propio,  y que llegue aportando una bocanada de aire fresco y nuevas esperanzas para la humanidad.  
  

Y es que no hay que irse muy lejos para empezar, pues sólo hace falta un poco de buena voluntad y  la adecuación de la mente a su nueva situación. La de ser servidora y no ama. La de dejar que se trasparenten cualidades que son inherentes al SER y que ya están presente en el corazón de cada uno de nosotros. Cosas pequeñas que invitan a un simple cambio en la "actitud" cotidiana... como son las de llenar cada acto de honestidad, veracidad, sencillez, simplicidad, compasión....comprensión. Porque eso desmorona al personaje que vivía de alardes..., desmorona al ego  y pone en marcha un engranaje que lleve a vivir en la unidad del SER, en la unidad de la VIDA.  

Así que si toca un brindis y un deseo,  nuestro deseo  está en que la humanidad comience a transitar pronto en esta nueva dirección. Eso sí....sin olvidar de poner cada uno de nosotros, en todo momento,  nuestro granito de arena.