lunes, 1 de marzo de 2010
Momentos
Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo, y dexéme,
dexando mi cuidado
entre las azucenas olvidado(S. Juan de La Cruz)
Hay momentos para la reflexión y hay momentos para el silencio.
Hay momentos para el discernimiento y hay momentos mágicos, de esos en los que decimos que ha pasado un angel y que todo ha quedado sosegado.
Hay momentos de gran paz interior en donde parece que los asuntos de nuestro pequeño y egótico mundo diario, aunque sigan ahí, resuenan lejanos y todo aquello que en otras ocasiones despierta un revuelo emocional, es mirado con la benevolencia y compasión de quién mira a un niño intentando hacer una travesura.
Y esos momentos son una bendición y un luminoso descanso en el camino.
Eso que nos visita inesperadamente, provocando un cambio en nuestro corazón, es de lo más provechoso cuando sabemos ahondar en ello.
Estamos tan acostumbrados a la actividad y el constante parloteo de la mente, que esa quietud y ese vacío de imaginación y expectatívas, nos resulta algo extraño y al cabo de unos dias ya nos está tentando a que salgamos de ahí, a revolotear, como si se tratara de una gripe que se está haciendo un poco larga.
El despertar de la armonía
Mientras la mente esté volcada hacia el mundo, percibimos el mundo a través de las tres cualidades que lo mueven: armonía, actividad y pereza (satua, rajas y tamas) mezclándose y sucediéndose en una constante alternancia.
Pero cuando la mente se vuelve hacia el interior, hacia su origen, a través de una indagación que nos recuerda constantemente que no hay nada que hacer, ni que abandonar, salvo tener la convicción que nada es de uno, que cualquier cosa que se percibe está ahí debido a esta conciencia que somos y que la hace posible, entonces, Satua, la guna de la armonía aparece cumpliendo su papel regulador de las energías y reconstruyendo la personalidad de acuerdo a nuestra verdadera naturaleza.
Ese paso previo que hemos tenido que dar, dejando atrás todo lo que se limite a un "yo" o a un "mí", abre el camino a una Conciencia acogedora, que permite que las cosas encuentren su lugar y se desarrollen sin interferir y entonces, al igual que cesa el deseo o el rechazo para que sean de una u otra manera, cesa también toda esa actividad innecesaria puesta en marcha por una mente miedosa de estarse quieta y queda solamente la acción inteligente, esa acción útil y marcada por la necesidad del momento.
Ese telón de fondo, esa viviencia, disuelve los rastros de un hacedor individual y nos sitúa cara a cara con la única realidad que en todo momento somos, pura Conciencia de SER y de AMAR.
Dice Nisargadatta: Siempre hay momentos en que uno se siente vacío y apartado. Tales momentos son de lo más deseables pues significa que el alma ha soltado sus amarras y navega hacia lugares distantes. Esto es desapego, cuando se acaba lo viejo y lo nuevo no ha llegado aún. Si usted tiene miedo, el estado puede ser penoso; pero no hay nada que temer. Recuerde la instrucción: se encuentre con lo que se encuentre, vaya usted más alla.
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16 comentarios:
el alma ha soltado sus amarras y navega hacia lugares distantes....
que bien se encuentra una cuando siente así
q. descanso encuentro en tus palabras,
el poema de S. Juan de la C. lo dice todo:
y dexéme,
dexando mi cuidado
entre las azucenas olvidado
q. más decir..todo ello me ha cautivado
Gracias Beatriz, eres clara como la luz q. desprendes
Gracias de nuevo, es un placer leerte
te envio un cálido abrazo
Querida Bea.
"Cuando se acaba lo viejo y lo nuevo no ha llegado aún". Es necesario tener Shrada, confianza ciega en el Maestro, es Él quien sabe lo que nos toca pasar.
Bonito post, gracias.
Namasté.
Gracias arianna, como siempre tan generosa.
Ciertamente, Ser, simplemente Ser, es el estado más natural que poseemos y de él parten todas las bendiciones.
Lástima que a veces lo tengamos tan escondido.
Un cariñoso abrazo de Bea
Tienes razón Sankaradas que sólo la fé ciega y la confianza en el maestro nos puede dar la fuerza necesaria para dar ese último paso hacia el infinito desconocido.
Namasté
Bea
Querida Beatriz
Gracias nuevamente! Me encanta leerte pues tus entradas son claras y simples de entender, siguen una correlación que ilumina el entendimiento!
Un abrazo
Maribel
Gracias a tí Maribel por esos ánimos y por tanto cariño.
Un beso Bea
Hola Teresa:
¡Y la comprensión de eso que bien dices, ya elimina tantos obstáculos... !
Gracias y todo mi cariño también para tí
Bea
Bea, en verdad que es un placer leerte con tus reflexiones llenas de aliento, que todo sea olvidado y dejemos el cuidado al Maestro, que así sea, gracias y Namasté.
Gracias Queoquina y que así sea como tú dices.
Un abrazo Bea
Es verdad, Beatriz, hay momentos y momentos, y centrarse en el ahora es estar en la vida, "ser la mano quieta en la corriente que fluye".
Gracias y un abrazo!
!Que felicidad cuando uno está como un niño en que todo está bien...es cuando el ego se ha retirado...es un regalo que no sabes ni cuando llega ni porque...
Tambien se viven otros...en que estas entre dos aguas dejando lo viejo y sin entrar en nada ...como si estuvieses en un limbo y no sabes nada...,esto produce cierta ansiedad aunque si confias en lo que siempre te ha guiado...sabes que todo es lo que tiene que ser...y finalmente se abrirá el AMOR.
Un placer visitar tu blog.
"en otras ocasiones despierta un revuelo emocional, es mirado con la benevolencia y compasión de quién mira a un niño intentando hacer una travesura".
Tus palabras me llenan de esperanza y puedo ver este mal momento actual como un tránsito entre lo viejo y lo nuevo.
Un beso.
Hola Z:
Cierto, la vida es Ahora, y sólo en ese Ahora encontramos la simplicidad de la vida.
Un abrazo Bea
Hola Peregrina:
..Y aunque se van produciendo esas alternancias, ya sabemos cual es nuestro verdadero hogar y cada vez nos despistamos menos...
Gracias por compartir este espacio y un abrazo
Bea
Hola azul:
¡Pues ánimo!... porque ese andar un poco perdido ya ves como es todo un signo de que se anda por el buen camino...
Un abrazo Bea
Buffff, me encanta Juan de la Cruz, y en concreto me encantan esos versos
Así que hablando de más de lo mismo: "tan solo llanto era, y en risa me troqué" (traducido libremente de Rumi)
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