martes, 15 de octubre de 2013

Equilibrio de lo impermanente



Llega el otoño y llega la lluvia con su cántico en los cristales que es como una llamada a la introspección. 
Nos recuerda el necesario equilibrio de los cinco elementos que originan la vida, en su cambio y renovación constante. 

Sin embargo, los seres humanos, mientras no hemos profundizado en nuestros orígenes, pretendemos tener todo sujeto y bajo control. Y de ahí nace el sufrimiento y las miles de estrategias para sobrevivir en un mundo que es de nuestra entera creación.

Por eso hay que enseñar a la mente a parar. Que aprenda a convivir con lo impermanente y cambiante como el agricultor aprende a convivir con las estaciones, porque sabe que cada una cumple con su función para el equilibrio total.

Y una mente tranquila, una mente flexible y colaboradora no deja de ser una bendición....

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