martes, 15 de diciembre de 2020

Naranjas en la mar



A la mar fui por naranjas
Cosa que la mar no tiene
Toda vine mojadita
De olas que van y vienen

Hoy me levanté con cierta alegría en el cuerpo y canturreando esta vieja canción de mi tierra natal, mientras me disponía a programar el día, cuando de repente caí en la cuenta del mensaje tan sabio que podía trasmitir. ¡Caramba! me dije, no caigas en el viejo error de creer que dependerá de lo que hagas hoy para encontrarte en un mayor grado de Paz o de Felicidad, porque la paz y la felicidad, no la encontraras en los objetos. La Felicidad se encuentra en tu propia dimensión interna.

Cuando aún no se ha despertado el interés en ir mas allá de la mente y de su contenido, toda charla sobre no dualidad quizá sea in-necesaria, porque la historia de la vida, lo que gira alrededor del personaje, las posesiones, familia, casa, , dinero… etc, son la única realidad que se quiere reconocer. Y querer forzar un despertar sólo sería violentar el ritmo de un desarrollo natural.

Pero en cuanto se dedica tiempo y atención a entender el carácter funcional de la mente, buscando salida a sus condicionamientos, hábitos, limitaciones, y al nefasto personaje egótico que ella genera, vemos lo infantil que resulta querer reclamarle a ella, una felicidad que no nos puede proporcionar, porque no forma parte de sus funciones . Que eso es como ir a buscar naranjas a la mar. Lo más que vamos a obtener , será algún que otro remojón propio de las olas que la mueven.

La mente es una estupenda herramienta a través de la cual se experimenta la vida….y que nos permite sentir…pensar…..ver….oír….amar….gozar, en definitiva experimentar. Pero todos sus atributos son prestados, son simples reflejos de la realidad que hay detrás. Ese soporte de conciencia pura siempre presente que se descubre en cuando se silencia. Cuando no interpone su protagonismo entre hechos y resoluciones. Y que permite exclamar: ¡Caramba, si no tengo nada que ver con todo este discurso mental ! ¡Yo Soy quien se da cuenta de él!. ¡La mente es mi fiel servidora!

Y entonces se cambia el tomar por el dar, y la vida empieza a tran
sformarse en expresión de eso que siempre está formando parte de nosotros: Paz, Armonía, Felicidad, Amor….en definitiva de todas esas cualidades positivas que conforman nuestra naturaleza real. Y dejamos de sentirnos como seres incompletos que buscan en el exterior proveerse de eso de lo que carecen, porque se descubre que no hay tal exterior, ni nada pueda darnos más de lo que ya poseemos. Las personas o los objetos de deseo han ejercido como simples estímulos para evocar todo eso que ya forma parte de nuestra realidad. Y cuando a base de grandes esfuerzos creemos obtenerlos, sólo se calma, por un sólo instante, nuestra ansiedad y el discurso mental que ello supone. Y es esa parada, es ese momento de vacío de expectativas, el que descubre que la fuente de la felicidad ya esta en nuestro interior. Y que por ignorancia creíamos que eran los objetos quienes nos la proporcionaban

Somos portadores de todos los atributos de lo real, somos en esencia, Verdad, Bondad, Belleza, Bienaventuranza, Amor, Paz….. solo depende de nosotros el uso que queremos hacer o no de ellos.


No hay comentarios: